miércoles, 18 de febrero de 2009

JULIA CESARI, PATRICIOS Y PLEBEYOS



Existían en Roma dos clases sociales muy diferenciadas e inamovibles: patricios y plebeyos. Los primeros constituían la clase privilegiada y en los comienzos de la historia de Roma, sólo ellos eran ciudadanos y tenían la posibilidad de votar en los comicios curiados.

Su origen se remontaba a los fundadores de Roma, de los que se consideraban descendientes. El resto de la población, los plebeyos, que conformaban la mayoría, eran los que luego fueron incorporándose a la ciudad.

Una clase intermedia eran los plebeyos, unidos a un patricio por un vínculo que establecía entre ellos derechos y obligaciones. El patrono debía proteger al cliente con asesoramiento legal y representación jurídica, y el cliente debía prestar su colaboración.

Al dejarse el gobierno monárquico, el control político quedó en manos de los patricios, pero los plebeyos, acrecentados en su número, originaron un largo conflicto en pos de sus intereses.

Los plebeyos adquirieron la ciudadanía, con la creación de los comicios centuriados. Los plebeyos en ocasiones se veían perjudicados y debían de abandonar sus pequeñas plantaciones lo que les conducía a una ruina.

Cansados de la discriminación a la que se veían sometidos, en el año 494 a. C, se retiraron hacia el monte Aventino, para radicarse allí y constituir una nueva ciudad.

La función de los tribunos de la plebe era importante ya que ejercían derecho de veto por el cual podían oponerse a las medidas que se tomaran en desmedro de sus intereses. Incluso ellos podían votar normas llamadas plebiscitos. Lograron con la ley Canuleia abolir la prohibición de contraer matrimonio entre patricios y plebeyos (445 a. C.). Pudieron en el año 367 a. C, acceder al Consulado y luego ocupar las demás magistraturas e integrar el Senado.

En el año 300 a. C, se dictó una votación, la ley Ogulnia, que permitió a los plebeyos integrar los Colegios de Pontífices y Augures, Tiberio Coruncanio fue el primer plebeyo en ocupar el Pontificado máximo.

A pesar de todos los logros obtenidos, no pudo establecerse la igualdad social en Roma, ya que surgió otra diferenciación de clases. Con el matrimonio entre los hijos de patricios y de plebeyos ricos surgió una nueva aristocracia, ahora diferenciada, en virtud de la fortuna, del resto de la población, con derechos, pero empobrecida.


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